7 dic 2012

Goooool en las Gaunas.



Me acuerdo de esos viajes de domingo.
Mañanas de pueblos, bosques y madrugones.
Comidas en el campo, tomate con sal,
o comidas en restaurante, menú del día.
Tardes de radio en el coche y anochecer

Me acuerdo de que no me apasionaba
pero, por lo menos, me quedó el recuerdo.

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GOOOOOL EN LAS GAUNAS
 
¡Como siempre! No podías comportarte, no. Siempre poniéndonos en evidencia a mi y a tu madre...



Y no te basta con vomitar en medio de la tienda, no, que también tienes que pisarlo y restregarlo por todo el piso. Se me caía la cara de vergüenza viendo cómo el hombre se ponía a limpiarlo, con cara de resignado. Claro, ya le tuve que comprar las gominolas, las patatas fritas y todo lo que me dijera, con ese panorama como para andar haciendo el rácano, encima. Y tú ahí te quedaste, mirando como un pasmarote, al frente, como si la cosa no fuese contigo. Así muy mal te va a ir en la vida, que lo sepas.
 
- ¡Papa!
 
Que te calles, cojones, que le estoy hablando a tu hermano. Para una puta vez que salimos un domingo, que estoy hasta las narices de currar como un animal toda la jodida semana, y tu madre también, que tenemos los pies reventados, que la cabeza nos va a estallar de tanto aguantar a tanto gilipollas. Para una puta vez que decidimos ir a ver algo de mundo, bueno, de mundo, cuatro pueblos mal contados, que no nos da para más, y hacemos el ridículo por vuestra culpa. Porque la actuación en la plaza del restaurante ha sido para enmarcarla. Vamos, los dos niñatos comiendo el helado y tirando el palo y el papel al suelo, y la gente mirando y diciendo, mira estos de ciudad, vienen aquí a llenar todo de mierda, qué educación, y hala, todos colorados menos los dos niños de los cojones, que se reían sin parar. Muy bien, luego que os gritamos. ¡Pero si es que no aprendéis! 
 
- ¡Papa!
 
¿Quiéres ponerte el cinto? Joder, que este no es como el coche de antes. Que llevamos ya tres kilómetros que como nos pille un control me toca pagarlo a mí. Y no es la primera vez que te lo digo. Joder, si es que no puedo con vosotros. Ya llegaremos a casa y te podrás soltar, pero ahora estate quieto y no hables, que estoy con tu hermano, que para eso le he puesto delante, para que se acuerde del viaje que nos ha dado. Juega con tu madre, si quieres. Y tú, pues eso, que ¿dónde has aprendido eso de ir por ahí bajándote los pantalones? Es que no es normal, que el momento del río también ha sido tremendo. Es que no es posible que bajemos un rato a ver el parque ese, y justo cuando más gente hay tienes que enseñarle los calzones del espiderman ese a todo el mundo. Es que al final parecéis bobos, de verdad, y tu hermano siguiéndote la broma. Claro, luego me toca mirar para otro lado. ¿Pero es que no veis que él resto de niños son normales y se comportan bien? Yo no les veo hacer vuestras tonterías. Una cosa es ser un poco travieso, pero otra es parecer zumbados. De verdad, que no lo entiendo. Yo no sé de dónde sacáis esas cosas, porque vamos, Aurora, ¿qué pasa en el colegio? ¿Qué compañeros tienen?, porque es que no entiendo esas palabras, esas sandeces y esas tonterías de bajarse pantalones, tirar los papeles al suelo y ponerse a gritar como atontados sin razón de vez en cuando.
 
Eso sí, luego tampoco es que os enseñen picaresca, porque sois más tontos que un lápiz con tapa. Me cago en la leche, a mí me intentáis colocar las mentiras, pero viene cualquier niño de los cojones que os cuente alguna historia rara y a hacerle caso, y a meterse en un lío o a comprar otro jersey, porque os lo ha quitado. Es que sois tontos, los dos, además. Pero bueno, tu hermano por lo menos es pequeño, que con 7 años es normal todavía no darse de cuenta de todo, pero lo tuyo ya es la ostia, que vas a cumplir 10 dentro de poco, hombre, que es que no tienes picardía ni nada. Así por la vida no se puede ir, hombre, ¿no veis que os engañan como quieren?. Hay que espabilar un poco, que os van a comer el pan todos los que vengan por detrás, que son más listos. Yo a los hijos del vecino de arriba les metía dos ostias bien dadas, que son unos imbéciles y unos mal educados pero, por lo menos, son espabilados. Mira que me jode cuando jugáis en el patio, que os dan cien vueltas a todo. A ver si despertáis de una vez, porque no tenéis ni idea de lo que os espera cuando tengáis que salir por ahí. No se puede ser tan inocente, que no os dais cuenta. Ya me lo diréis cuando os hayan engañado, os timen, os quiten la novia, os encasqueten trabajo y toda la mierda que hay que aguantar en esta puta vida.
 
Espera, que pongo el fútbol, que estarán los partidos en el descanso, espero que se coja el carrusel. A ver si nos toca la quiniela de una puta vez y nos dejamos de currar y currar, que me duele la espalda y, total, para nada, para que vosotros ni lo valoréis. De qué ibas a tener tú el escalextric y la consola, si no es por lo que nos deslomamos tu madre y yo. ¿eh?. dime, ¿de qué? Que yo a tu edad estaba recogiendo cartones con los amigos para sacarme unas perras. Y tú ¿qué?, que estáis apijotados los chavales de ahora, me cago de la ostia, no movéis un dedo, no limpiáis en casa, no ayudáis ni a recoger la compra ni nada, y para una mierda que hacéis tenemos que estar a gritos y detrás de vosotros. Vamos, yo no lo entiendo. No sé cómo os va a ir en la vida, vaya panorama.
 
Vaya, gol del Logroñés, estos se salvan. Pero vamos, que así vais muy mal, y tú ya tienes una edad para no andar vomitando por ahí, hombre, que pareces un niño de 5 años. Y encima te da igual, si es que no sé ni por qué me molesto. Luego, eso sí, yo soy el malo, pero ¿cómo no te voy a gritar?, si es que eres un ridículo allá donde vas. Vamos, lo lógico en estos casos es salirse fuera y luego echas lo que tengas que echar, pero no en medio de la tienda, que es que vamos, si yo soy el dependiente te lo hago fregar, fíjate lo que te digo. Pero nada, a ti te da igual, seguro que llevas todo este momento sin hacerme ni puto caso. Pues nada oye, que no te preocupes, que no pasa nada. Total, mi vida ya está hecha, a ver tú cómo acabas en ese plan en el que vas. Y ahora te pareceré malo, pero cuando falte ya te acordarás ya. Ya verás cómo tenía razón, cuando te toque aguantar a los críos tuyos, que con el ritmo de atontamiento que tenemos en este país seguramente salgan peor que vosotros, ya verás, ya.
 
Bueno, ya casi estamos llegando, hay que ver la vuelta a casa que me has dado, al final es que uno ni descansa ni nada, total, para no hacer caso, porque todo lo que te he dicho seguro que por un oído te ha entrado y por el otro te ha salido. La verdad es que da hasta asco seguir llevándoos a ningún sitio, casi nos tendríamos que ir tu madre y yo por ahí sólos y dejaros con los primos, pero claro, luego de mayores seguro que tendríais la indecencia de echarlo en cara, o decir que no os llevamos de viaje nunca, que no conocéis nada. Pero vamos, si nos hemos recorrido toda la región domingo a domingo, y yo creo que no os ha valido para nada, y todo son quejas, y todo son perezas, y siempre dormidos, en todo el viaje. Así no se puede hacer nada. Al final llegas más cansado de lo que te fuiste sólo para que no nos pongáis en evidencia delante de la gente conocida, para que no andéis diciendo por ahí que no os llevamos a ningún sitio. De verdad que yo no sé lo que hacer con vosotros. A ver si crecéis de una puta vez y nos dejáis a tu madre y a mí, sólos y tranquilos.
 
- ¡Papa!
 
¿Qué? ¿Qué quieres? ¿Qué cojones quieres? ¡Que llevas una hora dando el coñazo!
 
- Que es la mama, que no respira... que ya lleva una hora así...
 
 
 
 
 
 
 

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