Escribiendo para no pensar: La alimaña parda y su Hormiguero

Mi cerebro quiere sangre

Mi cerebro es sanguinario

Mi cerebro quiere agua

Mi cerebro es un acuario

Mi cerebro quiere azúcar

Mi cerebro es un goloso

Mi cerebro quiere mierda

Mi cerebro es asqueroso

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LA ALIMAÑA PARDA Y SU HORMIGUERO

¡Ah!, me he levantado por fin, qué pereza da madrugar por la tarde, ni yo ni mi despertador estamos acostumbrados,...

...él no ha cumplido con su función y yo tampoco. No se lo hecho en cara, debe tener las cuerdas vocales electrónicas destrozadas de cuando sí que funciona pero yo no le hago caso, y me tiro decenas y decenas de minutos retozando en la cama de un lado para otro, sin atender a su llamada, mientras él hace sonar la radio más y más fuerte.

Qué pereza da madrugar por la tarde, y no es porque tenga pocas cosas que hacer. Antes de que llegue la hora de dormir por la noche he de poner toda mi atención en poner al orden mi correo electrónico, que ya hace casi cinco horas que no lo miro, y en escribir multitud de mensajes imaginativos para mis amigos virtuales, aunque no encuentro mucha inspiración en este momento.

Y no es porque tenga pocas cosas que hacer, además de dedicar tiempo a tareas ociosas, no es menos importante desarrollar el estudio sobre las características genéticas más frecuentes de las alimañas pardas de los Jardines de Alumbre, que es un paraje natural protegido por el organismo ambiental más importante del municipio donde se asientan. Se llaman jardines porque tienen aspecto de enclave natural sin acción humana, pero realmente todos sabemos que los habitantes de Alumbre, que es la ciudad con más poder de esas tierras, y es de donde les viene el apellido a esos jardines, se han esforzado, día tras día, desde hace una semana, a cuidar el aspecto de este antiguo pedregal, plantando multitud de árboles y hongos para darle la apariencia de bosque encantado. No es por ello sino por eso por lo que ayer mismo consiguieron que las autoridades competentes lo catalogaran como Paraje Natural sin Humanizar. Y de ahí la necesidad de estudiar las alimañas pardas de allí, para encontrar las relaciones que tienen con las alimañas pelirrojas, muy estudiadas y valoradas en su día, este martes, para ser más exactos.

Además de dedicar tiempo a tareas ociosas, como digo, me es de vital relevancia para mi carrera científica como ingeniero industrial el poder descubrir la repercusión que tienen las alimañas pardas en el ecosistema de los Jardines de Alumbre. Como buen sociólogo que soy me van a pagar una pasta si consigo inventarme un informe que aparente ser real y que consiga que millones y centenares de turistas de las provincias de Rasposo y Granadina, que están al lado, dejen el dinero en el chiringuito que está justo en el centro de los jardines, el que está justo al lado de la sede central del Banco Ordinador, que se asienta en un rascacielos que se ve, incluso, desde la Montaña Alicate, que está a más de trescientos mil kilómetros lunares de Trasvergen, que es una preciosa aldea de más de dos millones de habitantes que fue capital en su día de Dispersia, un país que se encuentra muy, pero que muy lejos de Retailandia, que está justo en las antípodas de Despistalia, que es una antigua colonia de Fraudulentia, el país dónde se asientan los Jardines de Alumbre y la Montaña Alicate, que no distan entre sí en más de doscientos metros marcianos.

Como digo, gracias a mi carrera como filósofo cuántico, la cual me costó cerca de tres semanas acabar, podre conseguir mi objetivo primordial desde que nací, que no es otro que realizar correctamente y lo más fiel a la realidad posible un estudio sobre las alimañas parduzcas de los Jardines de Enebre, que son como los de Alumbre pero más grandes, aunque ocupen menos extensión en realidad. Estudiar las alimañas pardas me aportará los datos suficientes y el prestigio necesario para poder defender ante un tribunal de cuentas un estudio en el que me inmiscuya en el peligroso mundo de las alimañas parduzcas, lo cual nadie ha conseguido finalizar nunca, todos murieron en el intento, puesto que son estudios para los que es necesario dedicar más de tres mil años de esfuerzo individual, puesto que es algo que, por su naturaleza, como es evidente para los que sabemos de esto, no acepta el trabajo de grupo ni la trasmisión de conocimiento, tiene que ser la misma persona la que comience, desarrolle, finalice y defienda la investigación.

Gracias a mi carrera como filósofo cuántico lo conseguiré, y no pararé hasta que todos los científicos que se han reído de mí por tener tres ojos, y no cinco, como mandan los cánones por banda, viento en popa a toda vela, se postren ante mi magnificencia y me dediquen una saeta cada año en la procesión del Santo de Alumbre, que es el santo patrón de Ciudad Cimiento desde hace tres años, justo desde que lo robaron a Villasandía a punta de pistola, que fue la localidad que se lo hurtó, a punta de pistola también, aunque no hiciera falta, a Alumbre. Pero vamos a ponernos manos a la obra, no quiero que mi cabeza se distraiga con nada que no sea pensar en alimañas pardas, He de ponerme a tono y conseguir terminar en las dos horas que tengo antes de dormir este estudio. Vamos a ver... comencemos....